El impulso para realizar este proyecto surge de un encuentro. El encuentro entre Cristina Samaniego y Antonio Sarrió que desde el año 2010, comparten trabajo pedagógico en los Encuentros de teatro en el Norte que ya en el año 2023, cumplirán 25 años. Pero además de compartir ese espacio pedagógico, también compartimos una trayectoria de entrenamiento teatral, y nos movemos en un lenguaje teatral común. Esto ha hecho inevitable que nos decidiéramos a emprender este proyecto.
La idea central es reflexionar sobre lo que sucede cuando los acontecimientos a nuestro alrededor, ajenos a nuestro control, se llevan por delante nuestro trabajo, nuestra familia, nuestra casa, o nuestra vida sin más. Enfrentarnos a la incertidumbre, a esa tremenda sensación de inevitabilidad que nos posee cuando esto sucede. Enfrentarnos a la pérdida mirarnos en ella como en un espejo en el que ver reflejado nuestro rostro, leernos en él, ver como respiramos, como nos levantamos cada mañana conviviendo con esos acontecimientos.
Hay multitud de ejemplos a lo largo de la historia de la Humanidad, Catástrofes naturales, (Pompeya en la Antigua Roma, un maremoto en Indonesia en 2018…) guerras, (Madrid 1936, Paris 1939, Ucrania 2022…) y también el simple paso del tiempo, porque no. Acontecimientos que alteran súbitamente nuestra realidad y nos proponen una nueva, a la que llegamos arrastrando perdidas de todo tipo.
¿Cómo nos enfrentamos a esas pérdidas? ¿Cómo conseguimos adaptarnos? Y de repente se escucha una canción entre las ruinas… En la misma calle alguien llora desconsoladamente y otra persona ríe a carcajadas hasta quedarse sin respiración.
DE LA NOCHE UNA CANCIÓN es un espectáculo. Pero no solo es un espectáculo. Es un proyecto global que quiere desarrollarse de diferentes maneras:
UN ESPECTÁCULO TEATRAL.
UN ESPACIO VIRTUAL SITUADO EN LA NUBE DE CAMBALEO EN EL QUE HABITAN:
MATERIALES SONOROS EN FORMA DE PODCAST
MATERIALES AUDIOVISUALES.
ESPACIOS INTERACTIVOS DE INTERCAMBIO DE MATERIALES VIRTUALES. AUDIOS VIDEOS FOROS….

hay una silueta de alguien
huyendo del plano
un respaldo vacío
un rayo de luz que cruza el espacio
diagonal que muere en un rostro
difuminado para recordar que no es nadie
y a la vez es todos
todavía sin forma
un recuerdo
una mancha de luz
un deseo
una mujer
una mirada vencida
los ojos perdidos
descansar breve en el suelo
la cabeza perdida en historias
los ojos cerrados más allá del sueño
los pequeños edificios se alzan breves
y guardan vidas reales o imaginadas
proyectan sombras como un pequeño amparo
y el hombre que se ofrece
brazos en cruz
-lo que haga falta-
una luz desvela las soledades aún cercanas
pequeñas montañas
sedimentos de palabras
un momento de conexión
de los seres difuminados y perdidos
en un espacio ajeno y melancólico
un rayo de luz quiere ser el protagonista
y de la oscuridad emerge una desesperación
las manos en el rostro
pasos que no auguran nada bueno
un camino inventado
los pasos del conocimiento
y la luz cegadora y el peso en los brazos
y los pasos en las palabras
emergen en ciudades con edificios
y las vidas que guardan dentro
no hay descanso para el afán
una radiografía de la oscuridad
es reposo lo que necesito
y la luz que me empuja
la ciudad inventada a nuestros pies
un camino
pasos en las baldosas
es el caos lo que tratamos en vano de ordenar
miras tus manos tratando de entender
el abrazo furtivo y la ausencia de luz
produce monstruos y pasos indecisos
un trozo de piel brillando y un rostro que palpita
una sombra que se peina
el boceto de un rostro que nos habla
unas manos en el cabello
unas manos que reposan
solo hablan las sombras
de la oscuridad una luz indefinida
de la noche una canción